El espacio del Memorial constituye una de las pre-existencias que el Parque  pone en valor, mediante una intervención que releva los principales componentes físicos y hechos históricos del lugar: el suelo, entendido como la huella del ex-polígono de tiro y el Morro, como el telón de fondo que ha sido testigo de los sucesos acontecidos en su historia.

Es el área más cercana al río Cautín y está hecha para recordar a siete personas que murieron ejecutadas, acribilladas en el lugar durante los inicios de la Dictadura. El Memorial se configura a partir del diseño de una plataforma que enmarca el área de la huella del ex-polígono de tiro, definiendo en un extremo el acceso al Memorial – espacio cubierto denominado Portal de la Memoria – y en el otro extremo el Espacio Conmemorativo, explanada colindante con el Morro que marca el lugar de ejecuciones que aquí se realizaron y que contiene placas con los nombres de las siete víctimas recordadas. En medio de estos dos extremos, separados entre sí por 116 metros, se dispone una capa de bolones de río, como gesto que realza el camino de este sensible espacio. Además, por petición de los familiares de detenidos desaparecidos, se conserva el cerro que mantiene indicios de tiros de las armas.

A través de este suelo de piedras del río Cautín, se inicia un recorrido que une los dos extremos del Memorial, conectando el espacio de la Memoria y el Espacio Conmemorativo. Este Recorrido de la Memoria permite poner en valor los principales conceptos asociados a los Derechos Humanos, a través de textos escritos en los bordes: justicia, dignidad, tolerancia, respeto, honor, paz, igualdad y libertad.

Junto con constituirse en un espacio conmemorativo, el Memorial forma parte del Parque en su calidad de lugar de alta relevancia cultural e histórica, siendo un símbolo para la ciudad de Temuco y Chile.